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jueves, 5 de noviembre de 2009

Educacion canina

Educacion canina
Frecuentemente, en los primeros momentos de su instalación en la familia el cachorro es el rey. Cualquier acción, cualquier gesto, nada es suficientemente bueno para él. No hay que extrañarse si, después de tantas contemplaciones, se vuelve en contra de cualquier «sujeto» que pretenda robarle el sitio. Normalmente debe integrarse poco a poco a la vida cotidiana.

Hubiera sido más fácil designarle inmediatamente un lugar en el seno de la familia. Su sitio es el último en la jerarquía de la familia. Después del padre, la madre y los niños, en todo caso. Esto no significa que el perro sea un juguete o un esclavo. Pero el niño más pequeño de la casa es también un amo que ha de poder aproximarse al comedero del perro, cogerlo por el collar o acariciarlo, sin que el perro gruña. No debemos tolerar que lo haga. Si se da el caso, el adulto debe reprender al animal, cogerlo por la piel del cuello y sacudirlo, este acto constituye una de las reprimendas más graves.

martes, 3 de noviembre de 2009

Cachorros

Cachorros
Cachorros dominantes.
Muchos perros son dominantes por defecto: no han encontrado serios competidores a lo largo de su joven vida. Después su entorno no osa llevarles Ia contraria. A menudo, no se atreven a aspirar al primer puesto, se conforman, por ejemplo, con no soportar a los invitados. Esta tiranía puede significar un obstáculo para ciertas actvidades de su amo. Existen perros que se enfadan desde que suena el teléfono hasta el punto de tener que encerrarlos en una habitación vecina para poder hablar por teléfono.

La integración en la familia debe llevarse a cabo enseguida sin atentar contra el respeto debido al cachorro. Pero este respeto no debe confundirse con el derecho a hacer cualquier cosa. El cachorro no tiene malicia, pero no hace nada gratuitamente: cada una de sus acciones representa la ocasión de experimentar hasta dónde puede llegar sin atraer la atención de los de su entorno.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Mascotas

Mascotas
Atención al adquirir mascotas
A las pocas horas de llegar a casa observamos en el cachorro ciertos síntomas que antes nos habían pasado desapercibidos, estos pueden ser inapetencia, vómitos, diarrea pestilente y falta de vitalidad. Nuestra alegría se convierte en preocupación y llamamos al vendedor, su respuesta puede ser de este tipo: "No tengo la culpa de que una vez salido de mi tienda un frágil cachorro caiga enfermo, aquí se encontraba perfectamente bien de salud y por eso usted se lo llevó. Seguro que toda la familia ha estado toqueteando al animal, agotándolo con caricias, lo han paseado en coche o lo han sacado a la calle sin precauciones... cuando no se olvidaron de respetar su horario de comidas. Lo siento pero no es mi responsabilidad.". Pero basta comprobar como cada año con las fiestas navideñas se amontonan los cachorros raquíticos y deshidratados en jaulas sucias, para confirmarnos que algunos establecimientos incumplen las normas legales relativas a la higiene en las dependencias destinadas al alojamiento y venta de animales vivos.

La factura es la única vía que tenemos en caso de fraude para acudir a las asociaciones de protección de los consumidores o a los juzgados en defensa de nuestros intereses. Por ello, al adquirir un cachorro, no pensemos en ahorramos unos $$ del I.V.A. creyendo hacer un buen negocio. Exigir una factura en regla es la mejor carta de garantía.