En primer lugar debemos de tener especial cuidado con las orejas, ya que por ser demasiado largas tienen mayor riesgo que otras razas a infecciones y otitis, con un examen minucioso después de una jornada de caza, si el perro se ha estado desenvolviendo entre matorrales, zarzas o arbustos secos.
Para combatir la obesidad tan característica de los spaniels, contaremos con una alimentación equilibrada y un ejercicio regular.
Con respecto al pelo, éste debe ser cepillado casi a diario, con fuertes pasadas y desenredando los tirabuzones que se suelen formar en las orejas, las extremidades y el tórax.
Se le efectúa, por último, un pequeño «trimming» a mano para eliminar el pelo de la frente y de la parte superior del cráneo por encima del stop.
Geográficamente sus orígenes y sus primeros entronques los encontramos en las riberas del Mediterráneo, aunque en Gran Bretaña eran conocidos desde antes de la llegada de Jaime «El Conquistador».
Nos cuentan las crónicas una anécdota que demuestra la gran popularidad de la que gozaba esta raza en la antigua Inglaterra. Están fechadas aproximadamente en el año 900 al 950, y nos refieren el precio que se pagó por un spaniel, que llegó a alcanzar la muy apreciada cantidad de una libra, lo cual suponía una enorme fortuna para la época.
Abundando en la búsqueda de su origen, el conde francés Gastón de Foix, en su libro de Caza, escrito sobre el año 1.387, afirmaba su procedencia de España y su descendencia del pachón navarro. Personalmente veo esta posibilidad como la más alejada de la realidad, ya que el fenotipo del springer no se parece al viejo y recuperado pachón español (gracias a la labor de Carlos Contera).
Otra hipótesis que igualmente quiere demostrar que la cuna de la raza estuvo en España, especula nuevamente con una voz «espana» que en lengua vasca quiere decir arbusto, matorral, y la querencia que este grupo de perros mantiene con respecto a la caza en zonas donde predominan estos.
Cuando se inició el uso del arma de fuego en la caza, los spaniels subieron su cotización entre perros que podían auxiliar en la busca y cobro de la pieza abatida.
Para combatir la obesidad tan característica de los spaniels, contaremos con una alimentación equilibrada y un ejercicio regular.
Con respecto al pelo, éste debe ser cepillado casi a diario, con fuertes pasadas y desenredando los tirabuzones que se suelen formar en las orejas, las extremidades y el tórax.
Se le efectúa, por último, un pequeño «trimming» a mano para eliminar el pelo de la frente y de la parte superior del cráneo por encima del stop.
Geográficamente sus orígenes y sus primeros entronques los encontramos en las riberas del Mediterráneo, aunque en Gran Bretaña eran conocidos desde antes de la llegada de Jaime «El Conquistador».
Nos cuentan las crónicas una anécdota que demuestra la gran popularidad de la que gozaba esta raza en la antigua Inglaterra. Están fechadas aproximadamente en el año 900 al 950, y nos refieren el precio que se pagó por un spaniel, que llegó a alcanzar la muy apreciada cantidad de una libra, lo cual suponía una enorme fortuna para la época.
Abundando en la búsqueda de su origen, el conde francés Gastón de Foix, en su libro de Caza, escrito sobre el año 1.387, afirmaba su procedencia de España y su descendencia del pachón navarro. Personalmente veo esta posibilidad como la más alejada de la realidad, ya que el fenotipo del springer no se parece al viejo y recuperado pachón español (gracias a la labor de Carlos Contera).
Otra hipótesis que igualmente quiere demostrar que la cuna de la raza estuvo en España, especula nuevamente con una voz «espana» que en lengua vasca quiere decir arbusto, matorral, y la querencia que este grupo de perros mantiene con respecto a la caza en zonas donde predominan estos.
Cuando se inició el uso del arma de fuego en la caza, los spaniels subieron su cotización entre perros que podían auxiliar en la busca y cobro de la pieza abatida.