Sorpréndase, el temido embarazo psicológico es una fase natural del ciclo biológico de las hembras (tanto caninas como felinas). Lo que sucede es que algunas manifiestan síntomas y otras no.
Cuando una perra o una gata adopta muñecos, zapatillas o cualquier objeto para defender y cuidar como si de un cachorro se tratara, no hay motivo de preocupación, a no ser que sus mamas de hinchen y comiencen a producir leche.
En estos casos, resulta imprescindible acudir al veterinario, que, si lo considera oportuno, suministrará comprimidos de Contralac, un fármaco que corta en pocos días la secreción láctea. No obstante, el embarazo psicológico no es un problema, y mucho menos una enfermedad: sólo un ciclo natural que conviene observar.
Cuando una perra o una gata adopta muñecos, zapatillas o cualquier objeto para defender y cuidar como si de un cachorro se tratara, no hay motivo de preocupación, a no ser que sus mamas de hinchen y comiencen a producir leche.
En estos casos, resulta imprescindible acudir al veterinario, que, si lo considera oportuno, suministrará comprimidos de Contralac, un fármaco que corta en pocos días la secreción láctea. No obstante, el embarazo psicológico no es un problema, y mucho menos una enfermedad: sólo un ciclo natural que conviene observar.