Ya que hemos pensado acudir con nuestro perro a las exposiciones de belleza, será necesario iniciar su entrenamiento desde la edad temprana.
A partir de la décima semana de vida el cachorro está capacitado para entender aquello que de él esperamos. Se encuentra en un momento delicado de su desarrollo, es obediente e inteligente, pero también con tendencia a la vagancia. Si no comenzamos su educación a esta edad temprana se volverá un ser salvaje e ingobernable.
Al animal terco le trataremos con firmeza y al tímido con delicadeza y paciencia. Paulatinamente le iremos acostumbrando al trato con extraños, al ruido, al tráfico rodado y, sobre todo, a caminar junto a nosotros con soltura y alegría.
El perro que en su vida cotidiana sabe caminar adecuadamente en la calle, sabe mostrarse como un verdadero campeón en el ring. Cualquier ocasión es buena para ir educando el temperamento del futuro campeón.
Cuando tengamos que detenernos ante un cruce, por ejemplo, aprovecharemos para enseñarla a pararse a nuestra orden y a permanecer inmóvil. En esa posición procederemos a colocarla el collar bajo su maxilar inferior y levantar la correa sobre la cabeza para obligarle a mantenerla alta.
A continuación alzamos al animal hasta separar las patas delanteras del suelo y lo dejamos caer de tal modo que coloque ambas patas correctamente separadas entre si y paralelas, de tal modo que vistas de frente formen con el pecho una «U» invertida.
Cuando logremos que nuestro perro realice esto perfectamente le felicitaremos con unas palmadas cariñosas. Un perro bien posado tiene andado el cincuenta por ciento del camino hacia el éxito en los shows.
A partir de la décima semana de vida el cachorro está capacitado para entender aquello que de él esperamos. Se encuentra en un momento delicado de su desarrollo, es obediente e inteligente, pero también con tendencia a la vagancia. Si no comenzamos su educación a esta edad temprana se volverá un ser salvaje e ingobernable.
Al animal terco le trataremos con firmeza y al tímido con delicadeza y paciencia. Paulatinamente le iremos acostumbrando al trato con extraños, al ruido, al tráfico rodado y, sobre todo, a caminar junto a nosotros con soltura y alegría.
El perro que en su vida cotidiana sabe caminar adecuadamente en la calle, sabe mostrarse como un verdadero campeón en el ring. Cualquier ocasión es buena para ir educando el temperamento del futuro campeón.
Cuando tengamos que detenernos ante un cruce, por ejemplo, aprovecharemos para enseñarla a pararse a nuestra orden y a permanecer inmóvil. En esa posición procederemos a colocarla el collar bajo su maxilar inferior y levantar la correa sobre la cabeza para obligarle a mantenerla alta.
A continuación alzamos al animal hasta separar las patas delanteras del suelo y lo dejamos caer de tal modo que coloque ambas patas correctamente separadas entre si y paralelas, de tal modo que vistas de frente formen con el pecho una «U» invertida.
Cuando logremos que nuestro perro realice esto perfectamente le felicitaremos con unas palmadas cariñosas. Un perro bien posado tiene andado el cincuenta por ciento del camino hacia el éxito en los shows.
