El panorama actual de la leishmaniosis ha cambiado radicalmente, fruto del diagnóstico precoz y de los mejores protocolos de tratamiento y control de la enfermedad. Hoy en día puede decirse que casi ningún veterinario contempla la enfermedad como incurable o de obligada eutanasia.
Eso sí, una vez diagnosticada la enfermedad, y debido tanto a su gravedad como a ser considerada una zoonosis, el cliente debe decidir si trata a su animal o procede a la eutanasia. (Bajo ningún concepto debe mantenerse un animal vivo sin tratamiento).
Deberemos tener en cuenta que esta enfermedad requiere unos cuidados especiales y un tratamiento largo y quizá algo costoso, además de que (-1 oslado de salud del perro debe ser aceptable-. Actualmente se considera que un perro sometido a tratamiento y con unos controles periódicos no representa ningún riesgo para el contagio.
Antes de decidir poner un tratamiento es indispensable realizar unos análisis generales para valorar el estado de salud, especialmente de las pruebas renales por ser este el sistema que más frecuentemente y con más gravedad se ve afectado.
Hoy en día disponemos de varios tratamientos combinados de distintas formas. El más utilizado sigue siendo la utilización conjunta del «glucantime» y el «alopurinol». Otros medicamentos usados son el «levamisol» y la «anfotericina B». No debemos olvidar usar además un tratamiento sintomático con protectores hepáticos, complejos vitamínicos o, incluso, antibióticos si aparecen infecciones asociadas.
Eso sí, una vez diagnosticada la enfermedad, y debido tanto a su gravedad como a ser considerada una zoonosis, el cliente debe decidir si trata a su animal o procede a la eutanasia. (Bajo ningún concepto debe mantenerse un animal vivo sin tratamiento).
Deberemos tener en cuenta que esta enfermedad requiere unos cuidados especiales y un tratamiento largo y quizá algo costoso, además de que (-1 oslado de salud del perro debe ser aceptable-. Actualmente se considera que un perro sometido a tratamiento y con unos controles periódicos no representa ningún riesgo para el contagio.
Antes de decidir poner un tratamiento es indispensable realizar unos análisis generales para valorar el estado de salud, especialmente de las pruebas renales por ser este el sistema que más frecuentemente y con más gravedad se ve afectado.
Hoy en día disponemos de varios tratamientos combinados de distintas formas. El más utilizado sigue siendo la utilización conjunta del «glucantime» y el «alopurinol». Otros medicamentos usados son el «levamisol» y la «anfotericina B». No debemos olvidar usar además un tratamiento sintomático con protectores hepáticos, complejos vitamínicos o, incluso, antibióticos si aparecen infecciones asociadas.
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