Los perros detectores de drogas y tabaco ocupan el segundo lugar en cuanto al número de ejemplares destinados a esta tarea. Son empleados para la búsqueda de estas sustancias en equipajes, vehículos, edificios, etc, y vienen prestando servicios de colaboración y apoyo a los grupos de estupefacientes, empleándose también diariamente en aquellos puntos donde estima conveniente su presencia: aduanas terrestres, marítimas, aeropuertos, estaciones de autobús y ferrocarril, colegios y zonas conflictivas de la ciudad.
El primer paso consiste en hacer una selección de los funcionarios en base a unas pruebas psicológicas, físicas y aptitudina-les. Una vez superadas estas pruebas, se procede a realizar el correspondiente curso, que consta de dos ciclos.
El primer ciclo de selección es donde el alumno debe de superar las pruebas de carácter general que se recogen en las áreas técnicas, que abarcan diversas materias; y prácticas, que consisten en la evolución en el manejo y destreza del animal.
El segundo ciclo de aptitud es en el que al alumno se le somete a unas pruebas de carácter específicas relacionadas con el cometido que va a desempeñar en el ámbito cinológico policial.
Si supera con éxito ambos ciclos se le facilita el diploma de guía canino, pasando acto seguido a desarrollar su cometido en aquella Unidad donde se estime oportuno, dentro del término nacional.
No conocemos sus nombres, pero son los protagonistas directos de algunas de las situaciones límites que se suceden a diario. Ellos, hombres y perros unidos, encuentran en su amistad la fuerza y el valor suficiente para convivir día a día en «la línea de fuego».
El primer paso consiste en hacer una selección de los funcionarios en base a unas pruebas psicológicas, físicas y aptitudina-les. Una vez superadas estas pruebas, se procede a realizar el correspondiente curso, que consta de dos ciclos.
El primer ciclo de selección es donde el alumno debe de superar las pruebas de carácter general que se recogen en las áreas técnicas, que abarcan diversas materias; y prácticas, que consisten en la evolución en el manejo y destreza del animal.
El segundo ciclo de aptitud es en el que al alumno se le somete a unas pruebas de carácter específicas relacionadas con el cometido que va a desempeñar en el ámbito cinológico policial.
Si supera con éxito ambos ciclos se le facilita el diploma de guía canino, pasando acto seguido a desarrollar su cometido en aquella Unidad donde se estime oportuno, dentro del término nacional.
No conocemos sus nombres, pero son los protagonistas directos de algunas de las situaciones límites que se suceden a diario. Ellos, hombres y perros unidos, encuentran en su amistad la fuerza y el valor suficiente para convivir día a día en «la línea de fuego».
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