Tengo una gata de raza sagrado de Birmania, muy dócil y descendiente de padres con premios internacionales. La coloración es la normal en esta raza, es decir, tipo «siamés», aunque con guantes blancos. Me han dicho que en un apartamento con calefacción se pueden perder el diseño siamés, y que todo el pelo se vuelve más oscuro.
¿Es cierto? También, quiero saber si es necesario poner tela metálica en todas las ventanas por el peligro de que salte, ya que vivo en un tercer piso. Esta es la primera gata que tenemos.
Comencemos por la primera parte. El diseño tipo siamés, es decir, cuerpo de color claro con pigmentación oscura en máscara facial, patas y cola, responde a un curioso mecanismo bioquímico. La pigmentación depende de unos factores (enzimas), que sólo se pueden desarrollar si la temperatura no es muy alta. Por ello, se pigmentan las zonas extremas del cuerpo, es decir, aquellas por las que se pierde calor; en definitiva, las más refrigeradas.
Según este esquema la situación sería exactamente inversa a como lo describen quienes le aconsejan. Es el frío quien estimula la pigmentación, no el calor, por lo que en un apartamento, es decir, haciendo la vida doméstica que llevan la mayoría de nuestros gatos, la librea se manifiesta según su capacidad genética para mostrar el diseño «siamés».
Algún detalle más: el curioso proceso enzimático que determina la pigmentación que describimos no sólo se produce en el gato, también en otras especies de mamíferos, como ciertos conejos de razas de fantasía.
En cuanto a su segunda pregunta es necesario aconsejarle que, efectivamente, conviene tomar precauciones para evitar que los gatos puedan caer por una ventana abierta al intentar, de manera muchas veces refleja, perseguir la sombra de un pájaro o una paloma e incluso el movimiento de una hoja que cae. Los veterinarios conocen este reflejo producto de caídas con una expresión verdaderamente gráfica: «síndrome del gato paracaidista».
¿Es cierto? También, quiero saber si es necesario poner tela metálica en todas las ventanas por el peligro de que salte, ya que vivo en un tercer piso. Esta es la primera gata que tenemos.
Comencemos por la primera parte. El diseño tipo siamés, es decir, cuerpo de color claro con pigmentación oscura en máscara facial, patas y cola, responde a un curioso mecanismo bioquímico. La pigmentación depende de unos factores (enzimas), que sólo se pueden desarrollar si la temperatura no es muy alta. Por ello, se pigmentan las zonas extremas del cuerpo, es decir, aquellas por las que se pierde calor; en definitiva, las más refrigeradas.
Según este esquema la situación sería exactamente inversa a como lo describen quienes le aconsejan. Es el frío quien estimula la pigmentación, no el calor, por lo que en un apartamento, es decir, haciendo la vida doméstica que llevan la mayoría de nuestros gatos, la librea se manifiesta según su capacidad genética para mostrar el diseño «siamés».
Algún detalle más: el curioso proceso enzimático que determina la pigmentación que describimos no sólo se produce en el gato, también en otras especies de mamíferos, como ciertos conejos de razas de fantasía.
En cuanto a su segunda pregunta es necesario aconsejarle que, efectivamente, conviene tomar precauciones para evitar que los gatos puedan caer por una ventana abierta al intentar, de manera muchas veces refleja, perseguir la sombra de un pájaro o una paloma e incluso el movimiento de una hoja que cae. Los veterinarios conocen este reflejo producto de caídas con una expresión verdaderamente gráfica: «síndrome del gato paracaidista».
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