Difícil pregunta, ya que resulta totalmente imposible decir con exactitud cuándo debe aparecer el primer celo. Por lo general, entre los primeros siete y nueve meses de vida, aunque la joven hembra puede retrasar unos cuantos meses su madurez.
Es decir, no existe ningún motivo de preocupación si nuestra perrita, pasados diecisiete meses, aún no ha tenido su primer celo, puesto que el límite está en el año y medio.
En realidad, el comienzo del estro está sujeto a demasiados factores que impiden dar una fecha exacta. Por ejemplo, una hembra de Pastor Alemán siempre será más precoz que otra de Mastín (cuestión de tamaño); lo mismo sucederá con las perras que viven en comunidad, que suelen entrar en celo antes que las otras.
La época del año también influye, y la experiencia demuestra que el estro se atrasa o se adelanta en función del comienzo de la primavera y el otoño. Por si esto fuera poco, la administración de ciertos medicamentos (corticoides y anabolizantes, fundamentalmente) puede alterar la llegada del ciclo.
El amo observador podrá saber con exactitud cuándo se acerca el momento sin necesidad de consultar con el veterinario, ya que el tamaño de la zona genital aumentará (edema vulvar) y la hembra se mostrará algo más nerviosa e intolerante que de costumbre.
Es decir, no existe ningún motivo de preocupación si nuestra perrita, pasados diecisiete meses, aún no ha tenido su primer celo, puesto que el límite está en el año y medio.
En realidad, el comienzo del estro está sujeto a demasiados factores que impiden dar una fecha exacta. Por ejemplo, una hembra de Pastor Alemán siempre será más precoz que otra de Mastín (cuestión de tamaño); lo mismo sucederá con las perras que viven en comunidad, que suelen entrar en celo antes que las otras.
La época del año también influye, y la experiencia demuestra que el estro se atrasa o se adelanta en función del comienzo de la primavera y el otoño. Por si esto fuera poco, la administración de ciertos medicamentos (corticoides y anabolizantes, fundamentalmente) puede alterar la llegada del ciclo.
El amo observador podrá saber con exactitud cuándo se acerca el momento sin necesidad de consultar con el veterinario, ya que el tamaño de la zona genital aumentará (edema vulvar) y la hembra se mostrará algo más nerviosa e intolerante que de costumbre.
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