La mayor parte de los miembros de esta familia comen una gama de alimentos mucho más amplia de lo que suele creerse. Las pipas de girasol, tanto la variedad blanca como la negra, suelen constituir la base de la dieta, no obstante, debe complementarse con semillas de tamaño pequeño, como el alpiste, el mijo o los cañamones y la avena.
El contenido de proteínas de las pipas de girasol está entre el 20 y el 30 por 100, con un amplio acompañamiento de aceite que puede llegar al 50 por 100. Los complementos basados en frutas, como el plátano o la pera, en hojas verdes como la lechuga, u otros productos vegetales, como la zanahoria, son muy aconsejables.
No olvidemos que los animales tengan siempre a su disposición un hueso o pluma de jibia, o un bloque de cales compuestas mineralizantes. También conviene suministrar corteza de pan duro o tostadas de este mismo producto. Estos complementos sirven de «juguete» y permiten realizar un comportamiento de «picoteo» muy del gusto de los animales.
En cualquier caso, si llega a nuestras manos una especie de psitaciforme que no podamos identificar, es preciso recurrir al experto para comenzar por saber su nombre y procedencia.
Las reglas sobre la alimentación de estas aves admiten numerosas excepciones, ya que ciertas especies siguen dietas altamente especializadas: los loris de Australia son comedores de néctar de flores y viven poco tiempo con una alimentación basada en semillas; sirva este ejemplo para ilustrar lo que recomendamos.
El contenido de proteínas de las pipas de girasol está entre el 20 y el 30 por 100, con un amplio acompañamiento de aceite que puede llegar al 50 por 100. Los complementos basados en frutas, como el plátano o la pera, en hojas verdes como la lechuga, u otros productos vegetales, como la zanahoria, son muy aconsejables.
No olvidemos que los animales tengan siempre a su disposición un hueso o pluma de jibia, o un bloque de cales compuestas mineralizantes. También conviene suministrar corteza de pan duro o tostadas de este mismo producto. Estos complementos sirven de «juguete» y permiten realizar un comportamiento de «picoteo» muy del gusto de los animales.
En cualquier caso, si llega a nuestras manos una especie de psitaciforme que no podamos identificar, es preciso recurrir al experto para comenzar por saber su nombre y procedencia.
Las reglas sobre la alimentación de estas aves admiten numerosas excepciones, ya que ciertas especies siguen dietas altamente especializadas: los loris de Australia son comedores de néctar de flores y viven poco tiempo con una alimentación basada en semillas; sirva este ejemplo para ilustrar lo que recomendamos.
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