Amor entre elefantes
El encuentro entre dos grupos de elefantes relacionados entre sí parece ser un momento muy sentimental, lleno de éxtasis y emoción. La investigadora Cinthia Moss ha informado de una reunión entre dos grupos de estas características, uno de ellos liderado por una hembra vieja apodada Teresia y el otro conducido por un macho bautizado por los lugareños como Oreja Partida. A una distancia de medio kilómetro comenzaron a llamarse.
Teresia cambió la dirección y empezó a apurar el paso. Todos avanzaban con las orejas bien erguidas. Se detenían, llamaban, obtenían respuesta, cambiaban ligeramente el rumbo y volvían a avanzar. Por fin el grupo de Oreja Partida apareció entre los árboles, corriendo en dirección al otro.
Los grupos se fusionaron, lanzando sonidos fortísimos. Teresia y Oreja Partida golpearon sus colmillos y enroscaron sus trompas mientras hacían flamear sus grandes orejas. Todos los elefantes se saludaban de manera similar, dando vueltas sobre sí mismos, y apoyándose y frotándose sobre el otro.
Mientras tanto, les brota un líquido desde las glándulas temporales, ubicadas entre el ojo y la oreja. No hay dudas ni siquiera desde el punto de vista científico más riguroso, que los elefantes experimentan alegría al reencontrarse.
El encuentro entre dos grupos de elefantes relacionados entre sí parece ser un momento muy sentimental, lleno de éxtasis y emoción. La investigadora Cinthia Moss ha informado de una reunión entre dos grupos de estas características, uno de ellos liderado por una hembra vieja apodada Teresia y el otro conducido por un macho bautizado por los lugareños como Oreja Partida. A una distancia de medio kilómetro comenzaron a llamarse.
Teresia cambió la dirección y empezó a apurar el paso. Todos avanzaban con las orejas bien erguidas. Se detenían, llamaban, obtenían respuesta, cambiaban ligeramente el rumbo y volvían a avanzar. Por fin el grupo de Oreja Partida apareció entre los árboles, corriendo en dirección al otro.
Los grupos se fusionaron, lanzando sonidos fortísimos. Teresia y Oreja Partida golpearon sus colmillos y enroscaron sus trompas mientras hacían flamear sus grandes orejas. Todos los elefantes se saludaban de manera similar, dando vueltas sobre sí mismos, y apoyándose y frotándose sobre el otro.
Mientras tanto, les brota un líquido desde las glándulas temporales, ubicadas entre el ojo y la oreja. No hay dudas ni siquiera desde el punto de vista científico más riguroso, que los elefantes experimentan alegría al reencontrarse.
