Prácticamente cualquier circunstancia es buena para desencadenar un torrente de ladridos. Los perros son capaces de ladrarle a la luna, al viento o al movimiento de las hojas de los árboles.
A veces ladran cuando no está pasando nada o parece que nada pasa. En realidad ladran de una manera que es extraordinaria en el reino animal, donde sus habitantes tienden a vocalizar sonidos en circunstancias bien específicas, como la defensa de su territorio, el llamado a compañeros o la búsqueda de pareja en la época de acoplamiento.
Hay quienes sostienen que los perros ladran porque no tienen nada mejor que hacer y están aburridos: "Los perros son animales sociales" afirma la doctora Bonnie Beaver, veterinaria jefe de la Universidad A&M de Texas. "Mantener a un perro encerrado en el patio del fondo o en una azotea no es realista. El perro va hacer algo: excavar, ladrar, saltar la cerca o correr en círculo. Hará lo que pueda hacer. Hay que buscarle explicación a su conducta."
En opinión de otros, "hay perros que educan a sus amos hábilmente mediante e! ladrido; por ejemplo: durante la noche, el perro ha quedado fuera y comienza a ladrar. El amo, irritado, le grita que se calle. Al oir la voz humana, el perro ladra mucho más. Finalmente, el amo accede a dejarlo ingresar a la casa para poder seguir durmiendo. Entra, que era precisamente lo que el perro quería, y recién entonces deje de ladrar..."
En respuesta a denuncias, las autoridades de muchas comunidades aprobaron reglamentaciones contra los ladridos, los cuales no logran que los perros dejen de ladrar. En cambio, han propiciado que una cantidad de propietarios de perros busquen remedios rápidos pare evitarse problemas y multas.
Entre estos procedimientos, algunos recurren a artefactos que, activados por el ruido de los ladridos, emiten olores nauseabundos o arrojan agua sobre el perro. Un británico inventó un collar que ad ministra un pequeño choque eléctrico. Pero es tos artefactos tienen una cosa común: a la lar ga no sirven para nada.
A veces ladran cuando no está pasando nada o parece que nada pasa. En realidad ladran de una manera que es extraordinaria en el reino animal, donde sus habitantes tienden a vocalizar sonidos en circunstancias bien específicas, como la defensa de su territorio, el llamado a compañeros o la búsqueda de pareja en la época de acoplamiento.
Hay quienes sostienen que los perros ladran porque no tienen nada mejor que hacer y están aburridos: "Los perros son animales sociales" afirma la doctora Bonnie Beaver, veterinaria jefe de la Universidad A&M de Texas. "Mantener a un perro encerrado en el patio del fondo o en una azotea no es realista. El perro va hacer algo: excavar, ladrar, saltar la cerca o correr en círculo. Hará lo que pueda hacer. Hay que buscarle explicación a su conducta."
En opinión de otros, "hay perros que educan a sus amos hábilmente mediante e! ladrido; por ejemplo: durante la noche, el perro ha quedado fuera y comienza a ladrar. El amo, irritado, le grita que se calle. Al oir la voz humana, el perro ladra mucho más. Finalmente, el amo accede a dejarlo ingresar a la casa para poder seguir durmiendo. Entra, que era precisamente lo que el perro quería, y recién entonces deje de ladrar..."
En respuesta a denuncias, las autoridades de muchas comunidades aprobaron reglamentaciones contra los ladridos, los cuales no logran que los perros dejen de ladrar. En cambio, han propiciado que una cantidad de propietarios de perros busquen remedios rápidos pare evitarse problemas y multas.
Entre estos procedimientos, algunos recurren a artefactos que, activados por el ruido de los ladridos, emiten olores nauseabundos o arrojan agua sobre el perro. Un británico inventó un collar que ad ministra un pequeño choque eléctrico. Pero es tos artefactos tienen una cosa común: a la lar ga no sirven para nada.
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