Ficha técnica del Siberian Husky

Lugar de procedencia: tribus Chuchkis de Siberia.

País de adopción: Estados Unidos.

Historia: la tribu de los Chuchkis lo utilizaba pata tirar de los trineos y en tareas de caza. La adoración de este poblado por el Husky iba más allá de lo terrenal, pues le consideraban el juez de sus vidas en el más allá. Era muy respetado y en época de frío extremo compartía casa con toda la familia. Algunos cinólogos le consideran descendiente del ya desaparecido Eskimo Dog. Llegó a Alaska a principios del siglo XX para participar en carreras de trineos, y fue tal la fama y los récords que batió, que Estados Unidos potenció la cría y selección de la raza, tal y como hoy la conocemos. Peso: el macho, entre 20,5 Kg y 28 Kg. La hembra, entre 15,5 y 23 Kg. Altura: de 53 a 60 cm. los machos. De 50 a 56 cm. las hembras.

RETRATO GENERAL
Cualidades: su perseverancia y resistencia le convierten en el líder de las carreras de trineo. Recientemente ha ocupado un lugar Importante como animal de compañía. Carácter: afectuoso con todo el mundo y, por tanto, mal guardián. Con su dueño establece un relación basada en el cariño y el respeto mutuo, aunque a veces se empeñe en demostrar su independencia y capacidad de decisión propia.

SALUD Y CUIDADOS
Rutinas de aseo: cepillar el pelo a diario, sobre todo en época de muda. Bañarle una vez cada tres o cuatro meses. Enfermedades propias de la raza: no se han descrito. Aunque tiene tendencia a trastornos digestivos que cursan con diarreas. Promedio de vida: entre 13 y 15 años. Relación con los niños: excelente. Relación con otros animales: si se le acostumbra desde pequeño a convivir y relacionarse con otros perros, todo irá sobre ruedas. Sin embargo, a veces puede mostrarse un poco peleón con otros machos dominantes. Le encanta perseguir gatos y pájaros.

ALIMENTACIÓN
Tipo de comida: piensos secos de alta gama. Cantidad recomendada: 400 gr. repartidos en dos raciones diarias. En ejemplares de trabajo, Incrementar un 20% la ración o cambiar!; por una dieta específica para animales de trabajo.

Cuándo acudir al veterinario: ante síntomas de apatía e inactividad. Siempre que presente diarrea o vómitos continuados. En los ejemplares destinados a carreras de trineos hay que v gilar de cerca el estado de las almohadillas de los pies.

Perro con pelos y mucho carácter

Sin perseverancia es imposible educar a un Husky Siberiano", advierte Fernando Salas, un criador madrileño de razas nórdicas con más de quince años de experiencia.

"Antes de dejarse conquistar por la belleza de la raza, el amo debe ser consciente de que va a adoptar un perro con mucho carácter, difícil de adiestrar. Es una raza inquieta, curiosa, con voluntad propia, aunque, una vez adiestrado, respetuoso con sus dueños.

Quiero señalar que un Husky jamás obedecerá por imposición, necesita que le eduquen con paciencia, perseverancia y afecto sutil. Por último, un consejo: su popularidad ha provocado la cría indiscriminada. Por eso es importantísimo acudir a un profesional de reconocido prestigio".

Antes de comprar un Husky compruebe la potencia de su aspiradora, la va a necesitar: sus sillas, alfombras, cortinas y demás objetos decorativos se convertirán en el lugar de reposo de miles y miles de pelillos voladores.

Además, tenemos la obligación de advertirle: si no está dispuesto a cepillarle todos los días, no lo adopte, su casa se convertirá en una montaña de pelusa que no soportarán ni sus familiares más íntimos. Por otro lado, no olvide bañarle una vez cada tres meses con champús neutros.

¿Más inconvenientes? Tiene la fastidiosa y maniática costumbre de excavar enormes hoyos en la tierra y se comunica con sus congéneres a aullido limpio. Efectivamente, un Husky Siberiano no ladra, y si lo hace, él mismo pone cara de asombro al oír que una especie de pseudo ladrido ha salido de su garganta.

Su lenguaje se reduce a un aullido que acorta o alarga según sus preferencias. El mítico musher Leonhard Seppala calificó este peculiar lenguaje canino como "husky chorus". Y, en realidad, como a un Husky Siberiano le dé por demostrar sus dotes corales, no dudará en aullar para pedir que le saquen a pasear a la calle, le demuestren cariño o le den de comer. ¿Solución? Comprarse dos tapones para los oídos... y esperar que funcionen al ciento por ciento.