La leishmaniosis está producida por un protozoo denominado «Jeishmania infatum». Se trata di1 una enfermedad grave, de difícil curación y muy difundida en algunas zonas de España. El perro os considerado como el principal reservorio del parásito. La estimación de casos variaría entre un 2-10% de perros infectados.
El contagio se produce exclusivamente por la picadura de un mosquito de pequeño tamaño y de hábitos crepusculares, de la especie «phlebotomus perniciosus». Sus desplazamientos se realizan en un radio de alrededor de un kilómetro y Iras ingerir la sangre con los parásitos, estos deben sufrir una serio de cambios en el interior del mosquito durante un mínimo de cuatro o cinco días para poder contagiar la enfermedad a otro perro.
Se dice (pie no existen dos animales con los mismos síntomas y lesiones. FU período de incubación varía entre 3 meses y varios años, siendo por ello una enfermedad rara en perros menores do seis meses. Tradieio-nalmente se diferenciaba entre un cuadro cíclico cutáneo otro visceral. Hoy en día es raro ver ambos cuadros por separado y lo que más frecuentemente apreciamos son presentaciones variadas, con uno o varios de los síntomas siguientes:
• Alteraciones cutáneas, como síntomas más frecuentes.
• Adelgazamiento, anemia, decaimiento.
• Aumento de los ganglios linfáticos.
• Insuficiencia renal y/o hepático.
• Lesiones oculares.
• Epistaxis (hemorragias nasales).
• Cojeras y afecciones articulares.
Si el perro presenta varios síntomas de los anteriores el diagnóstico es fácil, pero si sólo aparece uno de ellos será mucho más difícil.
El contagio se produce exclusivamente por la picadura de un mosquito de pequeño tamaño y de hábitos crepusculares, de la especie «phlebotomus perniciosus». Sus desplazamientos se realizan en un radio de alrededor de un kilómetro y Iras ingerir la sangre con los parásitos, estos deben sufrir una serio de cambios en el interior del mosquito durante un mínimo de cuatro o cinco días para poder contagiar la enfermedad a otro perro.
Se dice (pie no existen dos animales con los mismos síntomas y lesiones. FU período de incubación varía entre 3 meses y varios años, siendo por ello una enfermedad rara en perros menores do seis meses. Tradieio-nalmente se diferenciaba entre un cuadro cíclico cutáneo otro visceral. Hoy en día es raro ver ambos cuadros por separado y lo que más frecuentemente apreciamos son presentaciones variadas, con uno o varios de los síntomas siguientes:
• Alteraciones cutáneas, como síntomas más frecuentes.
• Adelgazamiento, anemia, decaimiento.
• Aumento de los ganglios linfáticos.
• Insuficiencia renal y/o hepático.
• Lesiones oculares.
• Epistaxis (hemorragias nasales).
• Cojeras y afecciones articulares.
Si el perro presenta varios síntomas de los anteriores el diagnóstico es fácil, pero si sólo aparece uno de ellos será mucho más difícil.