Son pocos los perros que no puedan vivir en un apartamento, y transcurrir en él casi toda la jornada, pero hay algunos, como el alano por ejemplo, que deben vivir en el campo o disponer, por lo menos, de un jardín suficientemente amplio.
Los demás perros se acostumbran con facilidad a pasar horas enteras en locales cerrados; de todos modos, siempre necesitan cuidados especiales y paseos más o menos prolongados, sobre todo los perros de caza, como el setter, el perdiguero, el terrier, y los perros de pastor como el alsaciano y el escocés.
Los perros, sobre todo los de raza, pueden contraer enfermedades como el moquillo, la rabia y la sarna, y puesto que estas afecciones pueden evitarse con las correspondientes vacunas, no se vacilará nunca en administrarlas. Para la rabia o hidrofobia, que es la enfermedad más terrible que puede contraer el perro, e incurable cuando ya se ha manifestado, existe la vacunación preventiva, que debe repetirse anualmente. Contra el moquillo, también mortal las más de las veces, se vacunará al cachorro una sola vez después de cumplidos los tres meses, con lo que estará inmunizado para siempre.
Contra los gusanos intestinales, muy frecuentes, bastará administrar al perro, cada treinta o cuarenta días, una cucharada de jarabe vermífugo, y se prestará además particular atención a la dieta, sin dar nunca alimentos inadecuados. Para eliminar los parásitos del pelo (pulgas, piojos, ácaros y garrapatas) sera suficiente una pulverización con DDT o unas cuantas fricciones con petróleo o lociones insecticidas. Por último, para combatir la sarna, localizada con mayor frecuencia en la cabeza y las orejas, se venden en el comercio pomadas apropiadas.
Se bañará al perro cada dos o tres meses si vive casi exclusivamente en el apartamento; en cambio, si tiene ocasión de correr libremente por el campo y, por lo tanto, de ensuciarse con mayor facilidad, conviene lavarlo con más frecuencia, por lo menos una vez al mes. Sin embargo, en general no se bañará nunca a los perros que cuenten menos de un año de edad. En lo que se refiere al alojamiento del can, si éste vive en la casa bastará una colchoneta de goma espuma o una manta vieja doblada y colocada en un rincón, al amparo de las corrientes de aire y no muy cerca de estufas o termosifones.
Si se dispone de una terraza o de un jardín, será oportuno construirle una caseta para protegerlo contra el viento y la intemperie, aunque también es posible- comprar la caseta ya totalmente equipada. En invierno, sobre todo cuando se trata de un perro de pelo corto, la caseta debe estar llena de heno o de paja, y la entrada se cerrará con una manta. Los recipientes para la comida y la bebida pueden ser de terracota o de plástico, pero es preferible el segundo por ser irrompible; se lavarán escrupulosamente después de cada comida.
Los demás perros se acostumbran con facilidad a pasar horas enteras en locales cerrados; de todos modos, siempre necesitan cuidados especiales y paseos más o menos prolongados, sobre todo los perros de caza, como el setter, el perdiguero, el terrier, y los perros de pastor como el alsaciano y el escocés.
Los perros, sobre todo los de raza, pueden contraer enfermedades como el moquillo, la rabia y la sarna, y puesto que estas afecciones pueden evitarse con las correspondientes vacunas, no se vacilará nunca en administrarlas. Para la rabia o hidrofobia, que es la enfermedad más terrible que puede contraer el perro, e incurable cuando ya se ha manifestado, existe la vacunación preventiva, que debe repetirse anualmente. Contra el moquillo, también mortal las más de las veces, se vacunará al cachorro una sola vez después de cumplidos los tres meses, con lo que estará inmunizado para siempre.
Contra los gusanos intestinales, muy frecuentes, bastará administrar al perro, cada treinta o cuarenta días, una cucharada de jarabe vermífugo, y se prestará además particular atención a la dieta, sin dar nunca alimentos inadecuados. Para eliminar los parásitos del pelo (pulgas, piojos, ácaros y garrapatas) sera suficiente una pulverización con DDT o unas cuantas fricciones con petróleo o lociones insecticidas. Por último, para combatir la sarna, localizada con mayor frecuencia en la cabeza y las orejas, se venden en el comercio pomadas apropiadas.
Se bañará al perro cada dos o tres meses si vive casi exclusivamente en el apartamento; en cambio, si tiene ocasión de correr libremente por el campo y, por lo tanto, de ensuciarse con mayor facilidad, conviene lavarlo con más frecuencia, por lo menos una vez al mes. Sin embargo, en general no se bañará nunca a los perros que cuenten menos de un año de edad. En lo que se refiere al alojamiento del can, si éste vive en la casa bastará una colchoneta de goma espuma o una manta vieja doblada y colocada en un rincón, al amparo de las corrientes de aire y no muy cerca de estufas o termosifones.
Si se dispone de una terraza o de un jardín, será oportuno construirle una caseta para protegerlo contra el viento y la intemperie, aunque también es posible- comprar la caseta ya totalmente equipada. En invierno, sobre todo cuando se trata de un perro de pelo corto, la caseta debe estar llena de heno o de paja, y la entrada se cerrará con una manta. Los recipientes para la comida y la bebida pueden ser de terracota o de plástico, pero es preferible el segundo por ser irrompible; se lavarán escrupulosamente después de cada comida.