EL ÚNICO REY DEL TRINEO La nieve y el trineo están directamente relacionados con el Husky. Durante cientos de años han arrastrado mercancía pesada por la nieve y han servido de transporte a la tribu siberiana de los Chukchis.
Su suerte cambió cuando un comerciante americano, que viajaba de Alaska a Siberia, descubrió sus capacidades y decidió convertirlos en los campeones de las célebres Sweepstakes, carreras de trineos celebradas en Alaska donde, hasta ese momento, sólo participaban perros mestizos y razas que nada tenían que ver con el Husky. L
La fama de los nuevos campeones creció como la espuma cuando el mitico musher (conductor de tiro de perros) Leonhard Seppala venció tres veces seguidas las Sweepstakes (1915, 1916 y 1917), con un tiro de Huskys destinado al explorador noruego Roald Amundsen, que en aquel entonces proyectaba su expedición al Polo Norte.
Más tarde, en 1926, este mismo equipo de Huskys, conducidos por Seppala, transportó el suero que salvaría la vida a los niños de la ciudad de Nome (Alaska). Esta hazaña ha servido de inspiración a muchos escritores y directores de cine.
Seppala se jubiló, y sus perros también, pero no sin antes asegurarse de perpetuar la cría y selección de la raza en Estados Unidos, su país de adopción.
Su suerte cambió cuando un comerciante americano, que viajaba de Alaska a Siberia, descubrió sus capacidades y decidió convertirlos en los campeones de las célebres Sweepstakes, carreras de trineos celebradas en Alaska donde, hasta ese momento, sólo participaban perros mestizos y razas que nada tenían que ver con el Husky. L
La fama de los nuevos campeones creció como la espuma cuando el mitico musher (conductor de tiro de perros) Leonhard Seppala venció tres veces seguidas las Sweepstakes (1915, 1916 y 1917), con un tiro de Huskys destinado al explorador noruego Roald Amundsen, que en aquel entonces proyectaba su expedición al Polo Norte.
Más tarde, en 1926, este mismo equipo de Huskys, conducidos por Seppala, transportó el suero que salvaría la vida a los niños de la ciudad de Nome (Alaska). Esta hazaña ha servido de inspiración a muchos escritores y directores de cine.
Seppala se jubiló, y sus perros también, pero no sin antes asegurarse de perpetuar la cría y selección de la raza en Estados Unidos, su país de adopción.