La utilización de animales para fines científicos es una modalidad bastante antigua que ha servido para descubrir muchas de las vacunas con que hoy combatimos graves enfermedades. Desde hace poco más de tres décadas el mono fue Incorporado como objeto de estudio en los laboratorios y gracias a él se logró erradicar la poliomielitis, la hepatitis y la meningitis.
Sin embargo, desde hace una década los primates dejaron de ser simples "conejillos de indias" para transformarse en compañeros ideales de los seres humanos con algún tipo de discapacidad o trastornos motrices, a quienes asisten con sorprendentes habilidades.
A esta conclusión se arribó en forma accidental cuando un grupo de investigadores argentinos, subsidiados por la Organización Mundial de la Salud, empezó a estudiar a los simios de la especie Cebus apella, característicos de la zona tropical y subtropical americana y conocidos vulgarmente con el nombre de monos 1 capuchinos (estos animales pueden alcanzar un peso máximo de cuatro kilos y una envergadura de casi 80 centímetros, lo que se traduce en una fuerza comparable a la de un hombre de 70 kilos).
Al publicarse los resultados de las Investigaciones, los profesionales del Instituto Albert Einstein de los Estados Unidos se enteraron de la labor primatológica de sus colegas argentinos y desearon probar la aptitud de los monos para auxiliar a las personas discapacitadas. La prueba fue un éxito, ya que los animales se adaptaron fácilmente y asimilaron con rapidez los conocimientos. El adiestramiento al que son sometidos los pequeños primates les permite lavarle los dientes al discapacitado, peinarlo, colocar y sacar casetes de audio y video de sus respectivos equipos, dar vuelta las páginas de los libros, barrer el piso, encender y apagar el televisor y servir alimentos en la boca.
En la Argentina, si bien esta terapia no es común por el apego de la familia hacia el discapacltado, hubo casos concretos de pacientes mujeres que padecían anorexia nerviosa y que evolucionaron en muy poco tiempo -hasta el restablecimiento total- gracias a la ayuda de estos diminutos animales. Según opinan los científicos, el éxito de la relación entre el mono y el discapacitado radica en que ambos están indefensos ante una agresión externa y, por lo tanto, el animal se solidariza con su amo.
Sin embargo, desde hace una década los primates dejaron de ser simples "conejillos de indias" para transformarse en compañeros ideales de los seres humanos con algún tipo de discapacidad o trastornos motrices, a quienes asisten con sorprendentes habilidades.
A esta conclusión se arribó en forma accidental cuando un grupo de investigadores argentinos, subsidiados por la Organización Mundial de la Salud, empezó a estudiar a los simios de la especie Cebus apella, característicos de la zona tropical y subtropical americana y conocidos vulgarmente con el nombre de monos 1 capuchinos (estos animales pueden alcanzar un peso máximo de cuatro kilos y una envergadura de casi 80 centímetros, lo que se traduce en una fuerza comparable a la de un hombre de 70 kilos).
Al publicarse los resultados de las Investigaciones, los profesionales del Instituto Albert Einstein de los Estados Unidos se enteraron de la labor primatológica de sus colegas argentinos y desearon probar la aptitud de los monos para auxiliar a las personas discapacitadas. La prueba fue un éxito, ya que los animales se adaptaron fácilmente y asimilaron con rapidez los conocimientos. El adiestramiento al que son sometidos los pequeños primates les permite lavarle los dientes al discapacitado, peinarlo, colocar y sacar casetes de audio y video de sus respectivos equipos, dar vuelta las páginas de los libros, barrer el piso, encender y apagar el televisor y servir alimentos en la boca.
En la Argentina, si bien esta terapia no es común por el apego de la familia hacia el discapacltado, hubo casos concretos de pacientes mujeres que padecían anorexia nerviosa y que evolucionaron en muy poco tiempo -hasta el restablecimiento total- gracias a la ayuda de estos diminutos animales. Según opinan los científicos, el éxito de la relación entre el mono y el discapacitado radica en que ambos están indefensos ante una agresión externa y, por lo tanto, el animal se solidariza con su amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario