Está más aburrido que una ostra. Los perros que giran en círculo para dar caza a su propio rabo intentan poner fin a un estado de hastío que, en el peor de los casos, podría llevarles a mordisquearse las patas o a producirse serias mordeduras en los costados.
Puede que muchos amos se lo pasen en grande viendo cómo su perro, después de un número indeterminado de vueltas, cae mareado y pierde la orientación. Pues bien, conviene saber que el paso siguiente será la autolesión, un ejercicio poco divertido que con frecuencia practican los ejemplares que pasan demasiado tiempo solos.
Llegados a este extremo, conviene señalar que en algunos casos, cuando la persecución se convierte en una obsesión resulta imprescindible visitar a un especialista en neurología. Al amo corresponde dedicar más tiempo a hacerle comprender al perro que no esta bien este tipo de comportamientos. Recuerden que el amo es dominante o sumiso, no hay más oportunidades en el mundo de los perros.
Puede que muchos amos se lo pasen en grande viendo cómo su perro, después de un número indeterminado de vueltas, cae mareado y pierde la orientación. Pues bien, conviene saber que el paso siguiente será la autolesión, un ejercicio poco divertido que con frecuencia practican los ejemplares que pasan demasiado tiempo solos.
Llegados a este extremo, conviene señalar que en algunos casos, cuando la persecución se convierte en una obsesión resulta imprescindible visitar a un especialista en neurología. Al amo corresponde dedicar más tiempo a hacerle comprender al perro que no esta bien este tipo de comportamientos. Recuerden que el amo es dominante o sumiso, no hay más oportunidades en el mundo de los perros.