Prueba de Rastreo FH

La prueba de rastreo (FH) 100 puntos. El perro seguirá con seguridad un trazado de unos 1400 pasos con una antigüedad mínima de tres horas, realizado por una persona extraña.

Este rastro deberá tener 6 ángulos rectos y habrá sufrido como mínimo tres cortes de rastros más frescos por distintos puntos del trayecto. Sobre este rastro, a intervalos irregulares, habrá cuatro objetos.

El trazador del rastro (extraño) recibe del juez un plano del trazado a efectuar con todo tipo de referencias. Antes de iniciar la salida, el trazador del rastro mostrará al juez los cuatro objetos que piensa emplear, y que habrá tenido en su posesión como mínimo media hora. Antes de iniciar la marcha el trazador deberá pisar una superficie de un metro cuadrado aproximadamente, permaneciendo quieto durante un minuto. A continuación se pondrá en marcha a paso normal.

El primer objeto será depositado a un mínimo de doscientos cincuenta metros, el último al final del trayecto y el resto a distancias irregulares como se dijo anteriormente. No se permite la colocación de los objetos sobre los ángulos o sus proximidades. El trazador marcará con una cruz en el plano los lugares en los que depositó los objetos.

Se pondrá especial énfasis en que el rastro sea trazado en terreno desigual, por lo que debe pasar necesariamente por un camino de suelo duro. Treinta minutos después de la realización del trazado otra persona desconocida recibe del juez el encargo de trazar un rastro propio que corte en tres puntos distintos al anterior.

El juez y trazador del rastro deberán seguir al perro y al guía una vez que están en pista a unos cincuenta metros de distancia.

Si el perro pasa del trazado reglamentario a otro trazado (el efectuado por la otra persona) y lo sigue durante más de cincuenta metros, queda automáticamente suspendido de la prueba. El perro no se podrá dejar influenciar por los «rastros trampa».

Por cada objeto no encontrado se descontarán siete puntos. Las demás penalizacio-nes son similares a los tres grados vistos anteriormente.

Esperando que con lo expuesto hasta ahora se hayan familiarizado con lo que es el rastreo deportivo. En el próximo mes entraremos a conocer la preparación en sí del perro para esta sección (A).

Los Perros de Exposición

Ya que hemos pensado acudir con nuestro perro a las exposiciones de belleza, será necesario iniciar su entrenamiento desde la edad temprana.

A partir de la décima semana de vida el cachorro está capacitado para entender aquello que de él esperamos. Se encuentra en un momento delicado de su desarrollo, es obediente e inteligente, pero también con tendencia a la vagancia. Si no comenzamos su educación a esta edad temprana se volverá un ser salvaje e ingobernable.

Al animal terco le trataremos con firmeza y al tímido con delicadeza y paciencia. Paulatinamente le iremos acostumbrando al trato con extraños, al ruido, al tráfico rodado y, sobre todo, a caminar junto a nosotros con soltura y alegría.

El perro que en su vida cotidiana sabe caminar adecuadamente en la calle, sabe mostrarse como un verdadero campeón en el ring. Cualquier ocasión es buena para ir educando el temperamento del futuro campeón.

Cuando tengamos que detenernos ante un cruce, por ejemplo, aprovecharemos para enseñarla a pararse a nuestra orden y a permanecer inmóvil. En esa posición procederemos a colocarla el collar bajo su maxilar inferior y levantar la correa sobre la cabeza para obligarle a mantenerla alta.

A continuación alzamos al animal hasta separar las patas delanteras del suelo y lo dejamos caer de tal modo que coloque ambas patas correctamente separadas entre si y paralelas, de tal modo que vistas de frente formen con el pecho una «U» invertida.

Cuando logremos que nuestro perro realice esto perfectamente le felicitaremos con unas palmadas cariñosas. Un perro bien posado tiene andado el cincuenta por ciento del camino hacia el éxito en los shows.

Cepillado y Exposición del Yorkshire

Su pelo hay que cepillarlo todos los días con un cepillo de cerdas de jabalí, y dos veces por semana con el cepillo impregnado con aceite de coco para el pelo de la cabeza, barbas y bigote y aceite de almendras o visón para el resto del cuerpo.

Después de cepillar el pelo, hay que peinarlo con un peine de hierro. Hay que marcarle bien la raya de la espalda. Es imprescindible cepillarlo y peni-narlo antes del baño para que desaparezcan todos los nudos que el Yorkshire pudiera tener.

Para bañarlo se debe utilizar un champú de aceite de visón o yoyoba, después de aclararlo se le pone un acondicionador que facilite el peinado.

No hay que olvidar, que tanto el baño como el peinado, hay que realizarlo en el sentido del pelo. No hay que frotarle nunca ni con el jabón ni con la toalla.

Para presentar al yorkshire en exposiciones, hay que seguir un embellecimiento indispensable: Cortarle las uñas, retirar los pelos de entre los dedos de los pies, depilar igualmente el vientre y la zona anal. Cepillar el cuerpo con un cepillo suave. En el baño hay que emplear un champú especial, hay que secar al perro con un secador al tiempo que se le peina, para evitar la formación de nudos y estirar el pelo.

Hay que estirar los pelos de ambos lados del lomo, de la cabeza y de la cola.

Días antes del concurso, para evitar que arrastren el pelo o que se ensortije, se le colocan una especie de rulos de tiras de papel. Al retirarlos, el pelo queda perfectamente liso.

Peluquería en Yorkshire

Lo primero que hay que tener en cuenta, es que el Yorkshire es un perro muy friolero, por lo tanto y sobre todo cuando es cachorro, no conviene prolongar mucho el tiempo empleado en su baño.

• Cepillado
Antes del baño, y para asegurarse de que no hay nudos, se utiliza un peine para desenredar. Importante: no debe quedar ningún nudo antes del baño.

• Baño
No hay que dejar que se sacuda, pues el pelo se enmaraña, hay que lavarle y aclararle en la dirección del pelo.
Una vez bañado, lo aclaramos y ponemos un acondicionador para que el cepillado posterior sea más fácil.
Hay acondicionadores que es necesario aclararlos, pero hay otros que no.

• Secado y peinado
Secaremos al perro en primer lugar con una toalla, de una manera suave y posteriormente, usaremos el secador.
El peinado se realiza desde abajo hacia arriba para que el pelo no se quede erizado.
Primero las patas delanteras, después las traseras, lomos y finalmente la cabeza.

• Perfilado de orejas
Se corta 2/3 por dentro y 2/3 por fuera con una cuchilla y se perfila después con tijera en forma de V.

• Resto del cuerpo
En las hembras, se puede cortar el pelo de la zona anal, en los machos se hace en la zona estomacal y en los alrededores del órgano sexual.

La cuchilla debe estar siempre fría y que no toque la piel.
Si el pelo de las plantas de los pies es abundante, se recorta con una tijera,al igual que en las extremidades.

• Punto final
Para que el pelo no caiga sobre los ojos, irritándolos, se le recoge con una goma que no corta el pelo y si se quiere se le coloca el lacito, que como se ve no tiene una función meramente estética.

Perro Posando

Examen con el perro posado

Uno a uno el juez irá examinando con minucia el conjunto de cada perro. A continuación nos pedirá que le mostremos la dentadura. Lo más cómodo para examinar la boca del perro es obligar al animal a sentarse, ya que está comprobado que así se dejan manipular con mayor facilidad.

Primero, levantaremos los labios del perro, manteniendo la boca cerrada, para que pueda comprobar la superposición de los incisivos superiores sobre los inferiores. A continuación, descubriremos lateralmente los premolares y molares, para que examine la presencia de todas las piezas o la ausencia de algunas de ellas. Este examen se hace primero en un lado y luego en el contrario de la boca.

Tras este examen inmediatamente colocaremos al perro en posición de pie. Para que se muestre arrogante, una segunda persona puede encargarse de llamar su atención desde fuera del ring enseñándole una pelota o llamándole por su nombre.

El perro se pondrá en atención, buscando al que le llama, estirando el cuello y en atención despierta, con lo que tendrá una hermosa exposición. Esta persona que llama al perro desde fuera debe ser conocida por el perro, vigilarle continuamente y nunca dejarse llevar por el animal.

Cuando el perro ve a la persona que llama su atención deja de estar en atención, se relaja y generalmente ladra y mueve la cola de satisfacción. Lo ideal es practicar una especie de juego del escondite en el que el perro la vea por unos segundos, para en seguida intrigar al animal escondiéndose.

Vigilaremos que el perro pise bien y se sostenga sobre sus aplomos, con los cuatro miembros lo más perpendicular posible al suelo. En todo momento corregiremos una postura inde-seada, haciendo avanzar o retroceder ligeramente al animal mediante un ligero tirón de la correa.

Nunca permitiremos que ladre, amenace o trate de jugar con los compañeros del ring, cortando con severidad este tipo de manifestaciones. Según el temperamento de cada animal unos necesitarán ser apaciguados, tranquilos, en tanto que otros precisarán que se les anime para obtener una buena prestación.

Cachorro - descubriendo el mundo

Una vez que el cachorro abre los ojos y se le despegan los pabellones auditivos comienza una segunda etapa vital en su desarrollo cognitivo; descubrir mundo y descubrirse a sí mismo y a los demás.

Ciertamente, y a pesar de tener los ojos bien abiertos y las orejas bien destapadas, no será antes de los 21 días cuando sean capaces de enfocar la vista, momento en el que también comenzaran a dirigir las orejas para asimilar todos los ruidos que a su alrededor se producen y será entonces cuando, poco a poco, serán capaces ya de hacer sus primeros viajecitos para orinar y defecar lejos del lugar donde duermen y comen.

Será a partir de ese momento, también, cuando comiencen a mover la cola para demostrar alegría y curiosidad y cuando empiecen a soltar algún que otro ladrido desafinado del que ellos mismo se sorprenderán gratamente.

Ahí, en esas semanas cruciales, cuando empiezan a saber que el mundo se compone de muchos hermanitos, de una mamá que les observa y corrige, deben también tener presente que hay «otra especie» de mamá, mucho más grande y que se sostiene sólo en dos patas, que somos nosotros. Esta es una fase muy especial, en la que como tablas rasas que son, por no haber tenido oportunidad de experimentar miedo, ni ninguna otra sensación antes, serán particularmente valientes e inquisitivos, metiendo sus narices en todas partes, y no estará de más estar muy vigilantes, al igual que lo estará la madre.

A partir de la quinta semana, los cachorros ya son capaces de controlar los músculos faciales y de realizar una muy elaborada mímica facial con la que se comunicarán con todos los demás individuos de su especie en tanto que con seis semanas aparece, aunque de manera aún inmadura, la necesidad de organizarse socialmente unos hermanos con otros, momento en el que los más débiles serán violentamente atacados por el grupúsculo de hermanos y hermanas más dominantes de la carnada. 

Castigos al mal comportamiento canino

Los castigos bien aplicados y en su momento son un buen correcto! de comportamiento, y así los americanos se han dado cuenta de lo útiles que son los llamados «castigos ambientales» frente a los castigos propinados por el dueño.

En el caso que nos trae, cuando un perro habitualmente come de la basura el mejor método «a priori» consistirá en que sea el cubo de la basura quien castigue al animal.

De esta forma un ser inanimado e inerte, y además, elemento de atracción instintiva, se ve convertido en un elemento vivo y con gran dosis de negatividad hacia quien lo toca. Para ello, introduciremos basura en el interior del cubo, y encima de ella colocaremos un mallazo fino (de tipo «gallinero») que conectado al «pastor eléctrico», ésta le propine una pequeña corriente, inofensiva, pero la justa para no volver a intentarlo.

De esta forma, el animal recibe un estímulo físico negativo que no alterará su relación afectiva con su dueño y como consecuencia no adquirirá miedos condicionados derivados de una falta de entendimiento.

En definitiva, la única forma de eliminar una conducta instintiva es mediante el castigo, ya que cualquier estímulo físico positivo siempre estará por debajo del nivel de interés del suscitado por el propio instinto. No obstante, siempre aconsejo ponerse en manos de un profesional antes de someter al animal a estos métodos de riesgo si no se emplean correctamente.

Exposiciones caninas

Las exposiciones caninas han tenido un éxito inesperado y fulgurante, si tenemos en cuenta que la primera se celebró en Inglaterra en 1859 y ahora, a poco más de un siglo, se celebran miles de exposiciones cada año desde Estados Unidos a Japón, desde Sudáfrica a Chile.

Ningún continente, ninguna raza ni cultura ha podido sustraerse al encanto de esta actividad. Los concursos caninos se han convertido en espectáculos que en el mundo anglosajón reúnen con facilidad 15.000 y aún mayor número de perros.

Es importante afirmar que a los perros les encantan estas exposiciones que les arrancan de la rutina diaria. El viaje con los amados propietarios y el rito de sentirse rodeado por miles de semejantes constituye toda una experiencia gratificante para nuestros perros, que pronto se convierten en verdaderos adictos a estos acontecimientos. Es algo natural si tenemos en consideración el carácter eminentemente sociable de la especie canina.

Pero triunfar en una exposición no depende sólo de la calidad intrínseca de nuestro animal, sino de todo un conjunto de factores. En un mundo eminentemente especializado, al que acuden verdaderos profesionales del show, aquellos que acuden por primera vez se encuentran en clara inferioridad de condiciones.

Con la finalidad de superar este handicap vamos a dar una serie de consejos sencillos de seguir y que nos harán comprender la mecánica de las exposiciones, garantizándonos mayores posibilidades de éxito.

Yorkshire - un pelo largo y liso

El Yorkshire por su diminuto tamaño, resulta el compañero ideal para convivir con él en espacios reducidos como suele ocurrir en las ciudades, aunque su tamaño no incide para nada en su carácter, pues es un perro muy valiente.

UN PELO LARGO Y LISO
Es una raza en la que destaca ante todo su pelaje. Según el estándar, éste tiene que ser de fina textura, largo y liso, sin el menor rizo, brillante y suave.

En cuanto al color debe ser azul acero oscuro , del occipucio a la base de la cola. En el pecho, fuego vivo. Todos los pelos fuego deben ser más oscuros en la raíz que en el medio y más claros en las puntas. Se consideran como defectos, el pelo ondulado, el manto azul plateado, color fuego de la cabeza hacia el cuello. Fuego sembrado de pelos negros color hollín. Trigo mezclado de pelos leonados, bronce, u oscuros.

Su largo pelo exige bastantes cuidados: cepillado diario y un baño al menos cada mes. El copete de la cabeza, es imprescindible para evitar que sus pelos se le metan en los ojos y le causen irritaciones, puede ser sustituido por una discreta horquilla.

La textura del pelo debe ser sedosa, nunca dura, algodonosa o lanosa, reflejando el brillo. El manto debe tener cierta densidad para evitar que el perro tenga un aspecto «pelado».

En cuanto al color, el yorkshire nace negro, con los «cuatro puntos fuego» de los terrier. Su color definitivo sólo aparecerá entre los 18 y los 24 meses.

Cachorros y primeras experiencias

Desde el momento mismo en que nace el cachorro y hasta ese otro jalón, que constituye el abrir los ojos al mundo que le rodea -lo que tiene lugar alrededor de los diez a catorce días, dependiendo de la raza-, este permanece completamente ajeno al entorno, al menos en apariencia, sordo y ciego, capaz únicamente de buscar a través del olfato comida y calor; no tiene siquiera sentido del gusto y no puede distinguir si lo que ingiere es leche u otro líquido, salvo guiándose por el olfato (lo que explica que muchas veces rechacen una tetina de goma de biberón si no se disimula el penetrante olor de ésta, con la saliva de la madre.

Sin embargo, y a pesar de esas limitaciones, el cachorro será capaz de arrastrarse por toda la caja-paridera, en busca del calor de su madre y de sus hermanos de carnada y durante las horas de sueño que ocupan el 90 por 100 de su tiempo, frente al 10 por 100 restante, que pasa mamando y alimentándose, permanece en continua actividad, moviendo la cabeza, estirando y encogiendo los miembros en tanto que ejercita sus incipientes músculos, por lo que podemos resumir esta primera etapa de vida en dos únicas actividades: dormir y mamar.

Sin embargo, y esto es lo curioso, he constatado durante mis años de experiencia y crianza, que al contrario de lo que cabría pensar, esa pequeña bolita de pelo, es igualmente capaz de reconocer olfativamente a ese ser humano que comparte con su madre biológica la difícil tarea de sacarlo adelante.

Más aún, y este es un dato muy importante, si el criador y la madre han establecido anteriormente un vínculo afectivo y social importante y estimulante, ésta permitirá que él la ayude e incluso «compartirá» gustosa su tarea de criar a la carnada.

Hay otro dato igualmente significativo que yo he puesto en práctica una y otra vez durante los años que llevo criando bullmas-tiffs, con un resultado excepcional; incluso si cuando, supuestamente, no ve y no escucha, el criador les acostumbra a ser manipulados por su mano con cuidado, a dejarse mecer en sus brazos, a levantarlos en el aire, etc.

Es casi seguro y así ocurre con todos mis cachorros que, más adelante, cuando monten en coche o en cualquier otro medio de transporte no sientan ningún temor, no sufran estrés alguno ni manifiesten ninguna ansiedad y mucho menos se mareen durante los viajes, de la misma manera que si en la habitación-paridera en la que habrán de nacer y desarrollarse en las primeras etapas de crecimiento, disfrutan de «hilo musical» desde el momento mismo del parto, con melodías variadas, altibajos y cambios de tono, voces graves y agudas, aplausos, cambios de frecuencia, etc.

Por mucho que nos digan y aceptemos que están sordos «como tapias», lo cierto es que a través de los sentidos que ya tienen desarrollados, recibirán el estímulo sonoro de las ondas, lo que luego se traducirá en individuos que tampoco se asustarán con el escandaloso ruido de la ciudad, ni el estrépito de los cláxones, ni el desquiciado chirriar de unos frenos o el horrible traqueteo de una obra.