No le vamos a dar la fórmula porque no la tenemos. Solamente algunas observaciones que deberá tener en cuenta y otras apreciaciones, más o menos discutibles, que pueden serle de utilidad. Y una recomendación: elija bien o mejor, pero elija; un solo profesional debe atender a su perro.
Un veterinario es un profesional que debió pasar por todos los exámenes establecidos por la facultad correspondiente para obtener su título habilitante. Entonces, ¿por qué hablamos de "elegir"? Se supone que todos poseen la idoneidad necesaria para desempeñarse satisfactoriamente. Tal como sucede con los médicos de humanos.
Y, bueno, a éstos también los elegimos, cuando las circunstancias lo permiten. Claro que no todos aplicamos el mismo criterio de selección.
En realidad para seleccionar a un profesional por su capacidad, deberíamos tener por lo menos los mismos conocimientos que él, cosa que naturalmente no sucede nunca. Entonces, ¿en qué podemos basar nuestra preferencia por uno u otro? Muchas veces, aun sin darnos cuenta, nos inclinamos por aquel que nos brinda un trato más amable y afectuoso, o que nos da explicaciones más claras sobre el tema consultado.
Por supuesto a todos nos gusta ser bien tratados y comprender lo que nos dicen, pero, sin descartar estos elementos, hay otros a tener en cuenta prioritariamente.
A veces podemos contar con la recomendación de personas que ya han tenido experiencias con un determinado veterinario que asistió satisfactoriamente a su perro. Esto ya es de por sí una ventaja. Lástima que no sea posible conocer la opinión del animalito atendido.
De cualquier manera, es posible que su consultorio esté ubicado en un lugar alejado de su domicilio e incómodo para llegar en casos de urgencia. Siendo así, será mejor seguir buscando, pues la rapidez en la atención puede ser de gran importancia en muchos casos. Hay quienes prefieren tener un veterinario de su confianza, aunque le quede lejos, y otro cercano para las emergencias. No lo consideramos aconsejable.
Tengamos en cuenta que el perro no puede comunicarse y manifestar claramente sus dolencias y malestares, de modo que el conocimiento que el profesional tenga del animal por la asidua atención, será de gran importancia para diagnosticar y prescribir el tratamiento más adecuado.
Un veterinario es un profesional que debió pasar por todos los exámenes establecidos por la facultad correspondiente para obtener su título habilitante. Entonces, ¿por qué hablamos de "elegir"? Se supone que todos poseen la idoneidad necesaria para desempeñarse satisfactoriamente. Tal como sucede con los médicos de humanos.
Y, bueno, a éstos también los elegimos, cuando las circunstancias lo permiten. Claro que no todos aplicamos el mismo criterio de selección.
En realidad para seleccionar a un profesional por su capacidad, deberíamos tener por lo menos los mismos conocimientos que él, cosa que naturalmente no sucede nunca. Entonces, ¿en qué podemos basar nuestra preferencia por uno u otro? Muchas veces, aun sin darnos cuenta, nos inclinamos por aquel que nos brinda un trato más amable y afectuoso, o que nos da explicaciones más claras sobre el tema consultado.
Por supuesto a todos nos gusta ser bien tratados y comprender lo que nos dicen, pero, sin descartar estos elementos, hay otros a tener en cuenta prioritariamente.
A veces podemos contar con la recomendación de personas que ya han tenido experiencias con un determinado veterinario que asistió satisfactoriamente a su perro. Esto ya es de por sí una ventaja. Lástima que no sea posible conocer la opinión del animalito atendido.
De cualquier manera, es posible que su consultorio esté ubicado en un lugar alejado de su domicilio e incómodo para llegar en casos de urgencia. Siendo así, será mejor seguir buscando, pues la rapidez en la atención puede ser de gran importancia en muchos casos. Hay quienes prefieren tener un veterinario de su confianza, aunque le quede lejos, y otro cercano para las emergencias. No lo consideramos aconsejable.
Tengamos en cuenta que el perro no puede comunicarse y manifestar claramente sus dolencias y malestares, de modo que el conocimiento que el profesional tenga del animal por la asidua atención, será de gran importancia para diagnosticar y prescribir el tratamiento más adecuado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario