¿Cuánto vale un perro en dinero?
Esta es una pregunta terrible, como amante y dueño de perro -tengo un mestizo terrier de cinco años llamado Brandéis- puedo decirles sin dudar que el cariño por mi perro lo hace invalorable.
Pero como juez -y antes de ello como abogado practicante en New York -estoy muy bien enterado de que cuando los perros son el punto central en un juicio, los jueces y jurados deben decidir cual es el valor del perro en dólares.
Créalo o no, cuando estos casos llegan a la justicia, son decididos en forma muy parecida a los casos que involucran la destrucción de cualquier tipo de propiedad.
En un antiguo caso en New York, el dueño de un fox terrier de cinco meses permitió que este corriera suelto por la calle; el perro fue atropellado y muerto por un veloz taxi. El dueño del perro demandó al conductor del taxi, basándose en su contravención.
Luego vino la parte difícil. ¿Cuál era el valor del cachorro? Un factor, dijo el juez, era el precio que el dueño había pagado por el perro; pero otros factores también debían considerarse, incluyendo el tipo y pedigree del perro y sus rasgos. El juez advirtió que los sentimientos de cariño del dueño no podían ser convertidos en dinero.
Ante el jurado, la demandante ofreció dos testigos expertos que dijeron que la condición del perro era un defecto genético y que una cría futura muy rrobablemente podía llevar ese rasgo. El comercio se confiaba en su contrato de venta el cual, en letra pequeña, establecía que no iba a haber ningún reintegro salvo que el cachorro estuviera "tan enfermo como para ser inservible para su venta". Yo decidí que la compradora :enia derecho a recibir su dinero de vuelta.
Pero a veces, solo el precio pagado por el animal no es suficiente. En un caso, una persona denunció a otra luego de que el perro de esta, Tucker, atacara al perro de aquella, Me Duff. El dueño de Tucker fué hallado responsable y la pregunta era cuanto dinero iba a compensar el perjuicio de Me Duff.
El Tribunal de Primera Instancia -el primero en escuchar el caso- dijo que Me Duff, por su avanzada edad y por ser mestizo, costaba solamente U$S 10.- Fué hecha una apelación y esto es lo que dijo la dueña de Me. Duff a la Corte:
- Que ella debía recibir el costo de la adopción y esterilización de Me Duff.
- que ella debía ser reembolsada por el tiempo que llevó entrenar a Me Duff de cachorro.
- Y que ella debía recibir una suma de dinero porque Me Duff ya no era capaz de proteger a la familia.
Esta es una pregunta terrible, como amante y dueño de perro -tengo un mestizo terrier de cinco años llamado Brandéis- puedo decirles sin dudar que el cariño por mi perro lo hace invalorable.
Pero como juez -y antes de ello como abogado practicante en New York -estoy muy bien enterado de que cuando los perros son el punto central en un juicio, los jueces y jurados deben decidir cual es el valor del perro en dólares.
Créalo o no, cuando estos casos llegan a la justicia, son decididos en forma muy parecida a los casos que involucran la destrucción de cualquier tipo de propiedad.
En un antiguo caso en New York, el dueño de un fox terrier de cinco meses permitió que este corriera suelto por la calle; el perro fue atropellado y muerto por un veloz taxi. El dueño del perro demandó al conductor del taxi, basándose en su contravención.
Luego vino la parte difícil. ¿Cuál era el valor del cachorro? Un factor, dijo el juez, era el precio que el dueño había pagado por el perro; pero otros factores también debían considerarse, incluyendo el tipo y pedigree del perro y sus rasgos. El juez advirtió que los sentimientos de cariño del dueño no podían ser convertidos en dinero.
Ante el jurado, la demandante ofreció dos testigos expertos que dijeron que la condición del perro era un defecto genético y que una cría futura muy rrobablemente podía llevar ese rasgo. El comercio se confiaba en su contrato de venta el cual, en letra pequeña, establecía que no iba a haber ningún reintegro salvo que el cachorro estuviera "tan enfermo como para ser inservible para su venta". Yo decidí que la compradora :enia derecho a recibir su dinero de vuelta.
Pero a veces, solo el precio pagado por el animal no es suficiente. En un caso, una persona denunció a otra luego de que el perro de esta, Tucker, atacara al perro de aquella, Me Duff. El dueño de Tucker fué hallado responsable y la pregunta era cuanto dinero iba a compensar el perjuicio de Me Duff.
El Tribunal de Primera Instancia -el primero en escuchar el caso- dijo que Me Duff, por su avanzada edad y por ser mestizo, costaba solamente U$S 10.- Fué hecha una apelación y esto es lo que dijo la dueña de Me. Duff a la Corte:
- Que ella debía recibir el costo de la adopción y esterilización de Me Duff.
- que ella debía ser reembolsada por el tiempo que llevó entrenar a Me Duff de cachorro.
- Y que ella debía recibir una suma de dinero porque Me Duff ya no era capaz de proteger a la familia.
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