"Mi perro, expansivo y juguetón, siempre me hace fiestas saltando delante mío cuando entro en la casa. Esto se transforma en algo molesto cuando hace lo mismo con las personas que vienen a visitarme. No puedo calmarlo, se excita y ladra, y se comporta peor que cuando habitualmente está conmigo: no me obedece más, salta sobre los sillones, embiste a todo el mundo, es infernal. Yo debo enojarme, me veo obligado a encerrarlo en el garaje para tener paz. Pero él rasca la puerta y ladra".
Muchos son los perros que tienen este tipo de comportamiento, tan molesto para todos, a nadie le gusta ser recibido por un torbellino de pelos que le salta encima a riesgo de estropear o ensuciar su vestimenta, o más grave aún hacerlo caer. Algunas personas tienen un miedo fóbico y les repugna todo contacto con los perros.
A continuación las causas de esta situación y las soluciones prácticas a poner en marcha.
En principio hay algunos propietarios que se dejan saltar encima sin defenderse y se contentan con protestar levemente y sin enojarse con su compañero y dicen "él quiere jugar esto no es malo, no es que quiere molestarme".
Si ellos son capaces de tolerar este comportamiento y además se divierten, esta conducta se refuerza, por qué el animal entonces no puede hacer esto con otras personas? No vale la pena esperar que comprenda que las cosas son diferentes si uno lleva una ropa elegante o si él tiene las patas embarradas.
Además es necesario saber que saltar sobre alguien no es un juego desprovisto de significación, más bien es una tentativa de imponerse, es una prueba que le hacen a esa persona, si ella se deja hacer será considerada dominada, sino será respetada y en este caso el perro hace muy bien la distinción, y uno puede fácilmente constatarlo observando sus reacciones entre los diversos miembros de la familia.
Conclusión: los dueños deben prohibir a su perro que los salte encima, y esto desde que son pequeños para evitar que se instale esta mala costumbre, que será cada vez más difícil de reprimir con el tiempo. Y se recuerda el método: un golpe de rodilla en el momento preciso en que el perro salta, una caricia cuando se echó en el suelo.
Desgraciadamente la experiencia muestra que esto no se le puede pedir a las visitas aunque estas sean muy conocidas, de que apliquen esta técnica, no se atreverían jamás, ya sea porque temen una reacción del perro o porque consideren que es una técnica demasiado "brutal".
Muchos son los perros que tienen este tipo de comportamiento, tan molesto para todos, a nadie le gusta ser recibido por un torbellino de pelos que le salta encima a riesgo de estropear o ensuciar su vestimenta, o más grave aún hacerlo caer. Algunas personas tienen un miedo fóbico y les repugna todo contacto con los perros.
A continuación las causas de esta situación y las soluciones prácticas a poner en marcha.
En principio hay algunos propietarios que se dejan saltar encima sin defenderse y se contentan con protestar levemente y sin enojarse con su compañero y dicen "él quiere jugar esto no es malo, no es que quiere molestarme".
Si ellos son capaces de tolerar este comportamiento y además se divierten, esta conducta se refuerza, por qué el animal entonces no puede hacer esto con otras personas? No vale la pena esperar que comprenda que las cosas son diferentes si uno lleva una ropa elegante o si él tiene las patas embarradas.
Además es necesario saber que saltar sobre alguien no es un juego desprovisto de significación, más bien es una tentativa de imponerse, es una prueba que le hacen a esa persona, si ella se deja hacer será considerada dominada, sino será respetada y en este caso el perro hace muy bien la distinción, y uno puede fácilmente constatarlo observando sus reacciones entre los diversos miembros de la familia.
Conclusión: los dueños deben prohibir a su perro que los salte encima, y esto desde que son pequeños para evitar que se instale esta mala costumbre, que será cada vez más difícil de reprimir con el tiempo. Y se recuerda el método: un golpe de rodilla en el momento preciso en que el perro salta, una caricia cuando se echó en el suelo.
Desgraciadamente la experiencia muestra que esto no se le puede pedir a las visitas aunque estas sean muy conocidas, de que apliquen esta técnica, no se atreverían jamás, ya sea porque temen una reacción del perro o porque consideren que es una técnica demasiado "brutal".
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